Bogotá
En este apartamento de 280 m2 se disfruta de una amplia vista sobre la ciudad en el área social y de los cerros orientales en el área de dormitorios; la circulación principal vincula los dos paisajes y logra la independencia de esas áreas con un muro dilatado que genera transparencias a través de delicadas aberturas.
La piel del apartamento se planteó como un elemento neutro en el cual cada obra de la notable colección de arte de su propietaria sobresale y define el espacio donde se ubica.
El estudio es un espacio abierto vinculado al salón principal, que goza de una excelente luz natural.
El tapete en crin de caballo integra los dos. Complementan el conjunto los stools de Charles & Ray Eames.
El mobiliario seleccionado para el salón es de baja altura para mantener la horizontalidad del espacio, se buscó un contraste entre el blanco y el negro que permite que la obra de Jaime Franco resalte por sus tonos ácidos.
La terraza es una prolongación del área social pues su acabado en madera teca se funde con el de la madera granadillo del resto del apartamento. Se destacan las sillas RAR de Charles & Ray Eames.
El comedor lo configuran la sobria y estilizada mesa Athos de superficie en wengé y estructura en acero, en conjunto con las sillas Solo; su ambiente es tranquilo y relajado; allí se destacan la obra de Beatriz Caballero y la lámpara Logico.
