Bogotá
Ubicado contra los cerros orientales, este apartamento parece flotar sobre la ciudad, de la cual ofrece espléndidas vistas hacia el occidente. A través de sus ventanas, Bogotá es el telón de fondo para las tertulias que ofrece su propietaria y que convocan a los más diversos personajes: artistas, escritores, arquitectos, directores de cine… “Si sus muros hablaran, registrarían muchas horas de tertulia y diálogos alrededor de la literatura o la poesía entre amigos. Ese es el valor de este espacio: propiciar el encuentro durante largas horas de escucha y diálogo desde el interés común por la cultura”
El proyecto partió de entender que la vivienda cumple con una doble función: la de la vida cotidiana de la pareja y la social que gira en torno a las tertulias. Para ello, se conceptualizó como un contenedor que exhibe arte, libros y objetos –huellas de vida– que debía estar preparado para recibir a una gran cantidad de gente de forma funcional, fluida y estética, pero apelando a una sensación de ligereza.
Espacialmente, se demolieron algunos muros con el fin de ampliar visualmente el área social cuyo epicentro es el salón principal y abrirla tanto hacia la cocina y el comedor, como al pasillo que conduce a las habitaciones, ganando así en fluidez y circulación no solo por cuenta de la eliminación de muros y puertas, sino por las modificaciones en el interiorismo.
“Este apartamento refleja a quien lo habita. Una familia que ha vivido este espacio y ha construido un contenedor de vivencias en torno a la cultura: la poesía, la literatura y el arte, que se ha visto materializado en bibliotecas, en libros, en esculturas y pinturas. Expresa una vida bien vivida”. Y, sin duda, este contenedor renovado e invitante continuará acogiendo a quienes disfrutan del preciado arte de la tertulia.