Los propietarios de este apartamento abren su casa periódicamente a tertulias culturales. La remodelación de su hogar en Bogotá debía reflejar este hecho.
Ubicado contra los cerros orientales, este apartamento parece flotar sobre la ciudad, de la cual ofrece espléndidas vistas hacia el occidente. A través de sus ventanas, Bogotá es el telón de fondo para las tertulias que celebran sus propietarios y que convocan a los más diversos personajes: artistas, escritores, arquitectos, directores de cine… “Si sus muros hablaran, contarían historias alrededor de la literatura o la poesía entre amigos.
Ese es el valor de este espacio: propiciar el encuentro durante largas horas de escucha y diálogo desde el interés común por la cultura”, dice el arquitecto David Restrepo. Quien es el responsable de la remodelación y el interiorismo a través de su firma David Restrepo Arquitectos.
Los propietarios dejaron en manos de Restrepo no solo la reforma arquitectónica, sino el diseño interior del apartamento. Además la curaduría de la vasta colección de arte, antigüedades, mobiliario, precolombinos y objetos diversos reunidos a lo largo de la vida. Todo esto complementado por la presencia ineludible y protagónica de miles de libros distribuidos en varias bibliotecas a lo largo y ancho de este hogar.
El propósito del apartamento
Así, el proyecto partió de entender que la vivienda cumple una doble función: la de la vida cotidiana de la pareja, y la social, que gira en torno a las tertulias. Para ello, Restrepo la conceptualizó como un contenedor que exhibe arte, libros y objetos –huellas de vida– que debía estar preparado para recibir a una gran cantidad de gente de forma funcional, fluida y estética, pero apelando a una sensación de ligereza.
Espacialmente, el arquitecto demolió algunos muros para ampliar de forma visual el área social, cuyo epicentro es el salón principal, y abrirla tanto hacia la cocina y el comedor, como al pasillo que conduce a las habitaciones, con el fin de ganar fluidez no solo por cuenta de la eliminación de paredes y puertas, sino por las modificaciones en el interiorismo.
Aplicaron con esponja pintura gris en las paredes para darles un acabado que recibe muy bien la luminosidad durante el día. También aclararon el piso de madera de granadillo. El diseño de iluminación led se concentró en crear atmósferas para resaltar las diferentes estancias.
La cocina fue objeto de un cambio radical. Blanca, sobria y funcional, destacan los mesones y salpicaderos de mármol del módulo en L, junto al fregadero y la isla central donde está la estufa. Todo en armonía con el piso de porcelanato gris de gran formato. Las puertas modulares blancas permiten la conexión visual y espacial con el comedor y el salón. El baño social fue también totalmente renovado mediante un papel tapiz con diseños de libros, en alusión al amor de la pareja por la literatura.
La distribución de los espacios
Después de la rigurosa curaduría de David Restrepo para depurar el arte, los objetos y el mobiliario, procedió a disponerlos en distintas zonas del apartamento. Al entrar al hall, un imponente mueble Bull en caoba marqueteada, un cuadro del artista Alejandro Obregón y el pájaro de los Eames –editado por la compañía Vitra– dan la bienvenida a los visitantes.
A partir de ahí la circulación se bifurca y lleva hacia el pasillo de alcobas, donde Restrepo dispuso la biblioteca Albury, del estudio español Drop Innovation. Cuyos módulos metálicos en forma de panal de abeja conforman una pieza escultórica. Para resaltar aún más esta nueva zona, en el nicho del techo colocó un papel de nubes desde donde se descuelgan las luces que la iluminan y destacan.
En el salón, en una de las chimeneas resalta un políptico de José Luis Quessep, mientras que sobre la otra se colgaron dos obras de Ana Mercedes Hoyos y dos más de Luis Caballero. Dispuestos a una altura perfecta. Esto para ser contempladas sentados desde el confort de la Lounge chair de los Eames o cualquiera de los sofás del salón. Obras de Negret, del mexicano Chucho Reyes, de Jaime Franco, Ramírez Villamizar y Hugo Zapata, entre otros, se encuentran en las distintas estancias del apartamento.
Finalmente, para Restrepo, “este apartamento refleja a quien lo habita. Una familia que ha vivido este espacio y ha construido un contenedor de vivencias en torno a la cultura: la poesía, la literatura y el arte. Que se ha visto materializado en bibliotecas, en libros, en esculturas y pinturas. Expresa una vida bien vivida”. Y, sin duda, este renovado hogar continuará acogiendo a quienes disfrutan el arte de la tertulia.
Cinco puntos a destacar de esta obra
1. Con 380 metros cuadrados, este apartamento refleja la vida inmersa en la cultura de sus propietarios.
2. La cocina, obra de la firma Studio Modo, fue uno de los espacios que más cambios tuvo.
3. En el pasillo de alcobas sobresale la biblioteca Albury, del estudio español Drop Innovation.
4. Las distintas estancias albergan la extensa colección de arte de los propietarios.
5. Uno de los objetivos de la remodelación fue ampliar el área social, abierta tanto a la cocina y el comedor, como al pasillo de habitaciones.