Sopó
La casa ubicada en el club La Pradera de Potosí en el valle de Sopó, fue concebida con un lenguaje interior urbano y contemporáneo, pero aprovechando los beneficios de un entorno campestre: cielo abierto, horizonte sin fronteras, lago, naturaleza, paisaje y paisajismo.
Las premisas que orientaron el proyecto, a través de los requerimientos de los propietarios, se enfatizaron en la escala japonesa, muebles de diseñador, pocos objetos, colores y materiales que no opacaran el paisaje. Además de ello, a pesar de ser una casa de campo, debe brindar las comodidades tecnológicas de la era moderna.
Siguiendo con la línea marcada de diseño del conjunto propuesto por Arias Serna y Saravia, donde se manejan pañetes con algo de textura, teja de barro, gamas de tonos entre cafés y ocres, se definió proyectar una continuidad para los acabados interiores: pizarra negra para las áreas comunes y sociales, madera para para los pisos de alcobas y cemento esmaltado gris para las escaleras, para la cocina y baños se especificaron granitos y mármoles naturales; pero la decisión más importante, que buscaba darle protagonismo al exterior y a los objetos de diseño, fue la del color blanco en todos los muros. De esta forma el paisaje adquiere relevancia en el interior, gracias a los ventanales que permiten una vista de 360°, además de una predisposición a la tranquilidad.
