Barú
Esta casa de playa en el caribe colombiano habla, desde su arquitectura contundente, del poder de los materiales tradicionales para crear confort, belleza y espacios que socializan o recogen, pero también de cómo las barreras entre el interior y el exterior pueden trascenderse.
Crear un refugio para el descanso familiar que lograra acentuar el vínculo con la naturaleza, desde el confort y el disfrute, fue el propósito que dio origen a esta magnífica casa en Barú; una península abrazada por el mar Caribe ubicada a 47 kilómetros de Cartagena de Indias.
El arquitecto David Restrepo y su equipo diseñaron esta casa de 810 m2 a partir dos volúmenes unidos por un patio central que tiene la función de integrar un elemento esencial de su privilegiado entorno: el agua. El lote limita con el manglar y se abre al mar. “Buscábamos ¾dice Restrepo¾ que la piscina y el mar se vincularan con el interior de la casa. El mar entra visualmente a través de la grieta (el patio) hasta el mismo ingreso de la casa. La intención era que, al pasar el dintel de acceso, uno se encontrara con la presencia del mar”. Y fue precisamente esta búsqueda por incorporar los elementos naturales lo que determinó el diseño y la materialidad de esta casa.
El uso de los materiales, sus propiedades y sus tonalidades fueron esenciales dentro de la estrategia del arquitecto para lograr no sólo ese vínculo entre la casa y el lugar, sino para generar el confort necesario que al habitarla resultara una experiencia enriquecedora para los sentidos.